lunes, 27 de junio de 2016

HACIA UNA ALTERACIÓN CLIMÁTICA

La influencia humana, sin olvidar a las restantes especies, sin poder ser de otra manera, es notoria en el calentamiento planetario – Alfonso Campuzano

Cada día, y con mayor frecuencia, los medios de comunicación social tratan de hacer ver a la sociedad que la influencia del clima por la especie humana es un hecho vergonzoso y reprobable, cuando lo que está ocurriendo es parte de un bucle que ha existido desde siempre, quizá ahora sea visible con mayor magnitud, gracias a que la consciencia aparece en el momento que nace la tecnología, y todo se mide. La influencia humana, para bien o para mal, es inherente al cambio climático, atípico o no.
Siempre está bien hacer algo, pero que nadie crea que la intervención humana va a hacer variar el destino que tiene programado la naturaleza terrestre. No obstante, como bien es cierto que todo se puede mejorar, regular, reformar, sin necesidad de amedrentar con frases lapidarias que demuestran una ignorancia supina al transmitir un tremendo error, a fin de que cada vez exista más sentimiento de culpabilidad por haber nacido dentro de la especie humana.
Analizando aquello que está disponible de la antigüedad se ha visto que la especie humana ha repetido los mismos errores ante las mismas premisas ¿por qué? Quizá porque se deja arrastrar por cantos de sirena que emiten ciertos dirigentes alfa, pensando que el futuro es fácil de adivinar y corregir si se conoce el pasado, lo cuál no es del todo verdad.
La evolución humana en este planeta, como norma general, puede beneficiar o perjudicar a cualquier otra especie, según esté situada en la escala filogenética, lo demás es demagogia política.
No está tan claro que, siguiendo las directrices que marcan, o intentan marcar, los entendidos, obsesionados desde hace décadas con el cambio climático, vayan a garantizar lo que desean cuando pretenden luchar, creyendo que están en el recto camino, contra un futuro ignoto.
Con tanto afán por mitigar cualquier cambio climático, teóricamente hacia el calentamiento, proponiendo los remedios que se proponen, se va a conseguir lo que se desea, pero también puede ocurrir que, sin ser conscientes, se consiguiera el efecto, tan contrario como indeseable, es decir, que se cambiara la temperatura en sentido opuesto sin remedio y sin posibilidad alguna de corregir por actuar tardíamente, en fin, un pan como unas tortas.
Consciente o inconscientemente se olvida con cierta frecuencia que, para luchar contra el famoso cambio climático habría que fomentar la emigración humana hacia territorios deshabitados con incentivaciones suficientes a base de inversiones que pudieran desarrollar todo tipo de agricultura, ganadería, industria, hasta conseguir transformar desiertos en vergeles, que se puede, como ya está demostrado.
El que ciertos territorios habitados se estén hundiendo no es a causa del cambio climático, que puede ayudar, no cabe duda, sino a que en esta época actual toca vivir la fase que estamos viviendo, aunque no inmediatamente, sino paulatinamente, como ya ocurrió antiguamente: es la evolución natural del planeta en su desplazamiento aéreo por el cosmos.
Se intenta usar el calentamiento planetario como coartada para aumentar los impuestos de los contribuyentes, normas autocráticas, conservadurismo; incluso con ayuda de multinacionales que, sin esfuerzo y ante esta bicoca puesta en sus manos, aumentarán su fortuna.

Alfonso Campuzano
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lunes, 6 de junio de 2016

ACCIÓN Y REACCIÓN CLIMÁTICA


Intentar cambiar la faz de la Tierra, buscando la quimera del bienestar, es una ilusión - Alfonso Campuzano

Desde que el mundo es mundo, en la Naturaleza hay un principio de acción a la que corresponde otro de reacción, manifestado fundamentalmente a través de un equilibrio de recuperación, y hay que saber adaptarse porque ha ocurrido siempre.
La materia, en el parámetro espaciotemporal, está en una fase de transformación, de cambio continuo, y esto afecta, por supuesto, al clima del planeta Tierra, como parte integrante del Cosmos, que no es ni puede ser estable, sino hacia lo que toque, es decir, hacia el calentamiento o hacia el enfriamiento.
El cambio climático terrestre tuvo un comienzo, que fue cuando inició su existencia, y desde ese instante, no hay que asustarse, pues ha variado constantemente hasta la fecha actual con más o menos intensidad a lo largo y ancho de días, semanas, meses, años, lustros, decenios, siglos, milenios. Además, sin seres vivos y, sobre todo, sin sus gases emitidos, el calentamiento global no existiría, pues el planeta sería helador, incluso glacial.
Conviene no olvidar, aunque es habitual lo contrario, que los macizos más altos de la Tierra estuvieron sumergidos en aguas oceánicas debido a alguna catástrofe cósmica que hizo variar el eje geográfico terrestre de forma que la superficie se adaptó al giro planetario en su vuelo por el espacio.
También existe un cambio climático de origen geológico como son los avances de glaciares, los corrimientos de tierra, las fallas, los maremotos, los terremotos, los volcanes, que cambian la configuración de la corteza terrestre haciéndola desigual, pues unas zonas terrestres son vergeles y otras desérticas, unas dominan por su altitud, mientras que otras están por debajo del nivel del mar. Y va a seguir siendo así. De ello deberían hablar los geólogos, si se lo permiten, algo que no está muy claro aún.
No se debe achacar al cambio climático, cuya frase está en boca de todo el mundo, incluidos los niños de pecho, como se pretende, la erosión aérea y acuática que afecta a las columnatas, los edificios, las esculturas, las estatuas, las fuentes, todo ello construido en piedra, mármol, etcétera, que ha existido desde siempre, y a la que se ha dado la importancia suficiente, pero no como actualmente parece haber sido descubierta. Cuanto peor sea el material trabajado menos tarda en deteriorarse sin que se deba echar la culpa, como moda, al cambio climático.
No sólo la erosión deteriora cualquier piedra o mármol sino también las pisadas humanas al subir o bajar escaleras de edificios centenarios. Nadie ha fecho un estudio científico serio de laboratorio para ver cuánto dura tal o cual piedra a la intemperie sujeta al agua y al viento.
¿El cambio climático es responsable de que el cauce de un río, o un mar interior, desaparezca de la noche a la mañana como si surgiera improvisadamente un desagüe natural como si la tierra se tragara el caudal? Si esto ocurre es como para emigrar, huir de la zona que ha dejado de abastecer a una población, porque no habrá regeneración posible.
Un ejemplo muy claro de cambio climático hacia el enfriamiento ocurrió hace casi trece mil años, en el cuál no intervino la mano del hombre, sino algo externo y provocado por el impacto terrestre de un asteroide, que consiguió extinguir mamuts y grandes animales.
Y, si llueve, chubasquero o lugar atechado.


Alfonso Campuzano
            
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sábado, 4 de junio de 2016

ALGUNAS PREGUNTAS SOBRE HECHIZO

Por el arquitecto doctor don PEDRO LUIS GALLEGO FERNÁNDEZ

1) Tú, Alfonso, perteneces a una generación que tenías 20 años en el año 1968 y me imagino que, a pesar del aislamiento en el que se vivía en España, llegaban los ecos de la primavera parisina. ¿Ha incidido de alguna manera esa percepción en la definición de los personajes y especialmente de su protagonista Eduardo?
Aquella época con sus convulsos años en que, por una parte, sólo se oía hablar de la guerra de Viêt Nam en los medios de comunicación social, fundamentalmente las imágenes retransmitidas por una televisión con sólo dos cadenas, y por otra parte, a través de una emisora de radio se oía al locutor hablar en idioma español, desde el extranjero, ponía al día en noticias ampliadas lo que ocurría, tanto en España como allende nuestras fronteras, incidieron plenamente en la percepción auditiva y visual con la que he llegado a definir a los personajes, y especialmente de su protagonista Eduardo.

2) ¿Quién es Eduardo?, es decir, qué hay de referencias biográficas o autobiográficas hacia personajes que pudiste conocer en esos años.
Considero que Eduardo es el fruto unificado de casi todas las personas que fueron conscientes de que en aquella época se vivía, o se sobrevivía, bajo una tutela que se ampliaba hacia la privación de libertad de expresión y privación de reunión con lo que su energía se transmutaba en unas ganas inmensas por vivir tal y como se suponía que vivían otras personas en regímenes políticos diferentes y opuestos al español.

3) Léenos un párrafo que te interese destacar.
 Pag. 164:
Hasta aquel día ninguno había mencionado su secreta pasión común por la música. Sin decir una sola palabra, se acercó hasta tomarla suavemente entre sus manos, aunque prefirió sentarse para, con delicadeza, colocar la caja entre sus muslos, acarició con nura las cuerdas para oír la resonancia que desprendían, recordando algunos compases de acompañamiento nada sofisticados, comprobando con su improvisación que estaba a nada.
Mais, voyons, joue quelque chose, s’il te plaît, Eduardo.
Nunca había asistido a clase en un conservatorio de música, no sabía leer el solfeo de una partitura de música, se limitaba a retener todo cuando escuchaba, alguna melodía que le gustaba.
— Lo mío, Sibylle, es tocar para andar por casa, que yo no soy concertista.
El rasgueo con la punta de sus dedos que imprimía a las cuer- das, entre armónico y dulce, hizo que al unísono se arrancaran y tararearan una melodía harto conocida: una balada. La sintonía continuaba, gracias al encuentro con aquella guitarra, contagiada por motivos peculiares de la época, más que a su dueño temporal, componía a base de ritmos entrelazados, como referente y máximo exponente en el sonido que emitía aquel instrumento, le hacía pensar en Paco de Lucía.

4) En Eduardo parece que la libertad se encuentra en la necesidad de cruzar una frontera y por eso cambia su ambición hacia la carrera judicial por la de ser diplomático. Para Sibylle, en cambio, la libertad está en un viaje permanente hacia destinos exóticos, como el lejano Oriente, en su ambición por ser azafata de vuelo. ¿Qué diferencias ves entre ambos personajes, Eduardo y Sibylle, y si esas diferencias son la causa de sus desencuentros?
La diferencia fundamental es educacional y social, es decir, debida tanto a la familia como a la sociedad, a lo que se suma el que ambos han nacido en continentes y países diferentes y cuya adaptación a la convivencia de pareja, a pesar de los intentos de acercamiento, siempre es, y ha sido muy difícil, como si, ante ellos se levantara un muro. Sin contar, por supuesto, que cada uno de ellos entiende, con bastante diferencia, lo que significa libertad.

5) ¿Porque la lluvia y la tormenta son un trasfondo constante de la novela?

Los personajes creados, como los reales deben estar situados en ambientes cercanos a lo creíble. Cuando se habla del clima, el buen tiempo tiene las líneas escritas contadas en pocos renglones; sin embargo, y comparativamente, el mal tiempo se amplía casi exponencialmente al disponer de frases, hablando de la lluvia; el sonido del agua al chocar con objetos materiales naturales o artificiales; la resonancia de los truenos; del resplandor casi cegador que dibujan los relámpagos en la espesura de las nubes; de las diferentes tonalidades y formas de las nubes. En conjunto, el mal tiempo tiene mucha más literatura, sobre todo cuando se quiere marcar aquello que se pretende desviar de la norma.

En Valladolid, a 20 de mayo de 2016
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viernes, 3 de junio de 2016

PRESENTACIÓN de la novela HECHIZO


Por el arquitecto doctor don PEDRO LUIS GALLEGO FERNÁNDEZ


Buenas tardes y gracias a todos por su presencia:
Estamos aquí para presentar el segundo libro del doctor Alfonso Campuzano, que se nos muestra nuevamente en su faceta de escritor. Este nuevo libro, publicado por ediciones Pura Tinta, aparece apenas unos meses después de la edición de su novela anterior LA BURBUJA BLINDADA.
Alguien pensará que Alfonso escribe muy rápido, pero no es ese el motivo; la edición de estos dos libros, y de los que vendrán, es el resultado de muchos años de una actividad literaria en la sombra, compartiendo la pluma con el bisturí, que nos muestra, con madurez, su inquietud persistente hacia la literatura.
No es Alfonso un autor novel; ya en su actividad como Médico Especialista en Rehabilitación, Cirugía Ortopédica y Traumatológica ha publicado más de una treintena de artículos en revistas médico-quirúrgicas, incluidos capítulos de libros, además de otra veintena de lecturas en Ponencias en Congresos, Cursos, Jornadas, Mesas Redondas, Seminarios, etcétera.
Su actividad no sólo se ha limitado al ámbito de su especialidad, sino que ya desde su época de estudiante, inicia una labor literaria que alcanza actualmente a más de un centenar de artículos para periódicos, incluidos digitales, como Cantabria Liberal, revistas como Portfolio de Candás y, últimamente, en su blog Cúpula de Papel, habiendo participado en nueve Certámenes Literarios.
Esta segunda novela de Alfonso se titula HECHIZO y según Wikipedia el hechizo es un acto mágico que pretende producir efectos sobre la realidad mediante procedimientos sobrenaturales, como el uso de conjuros, así que espero que esta presentación sirva de conjuro y Alfonso consiga hechizarles para que nadie salga de aquí sin su libro.
Antes de pasar la palabra a Alfonso me gustaría dar una visión personal de la novela como lector.
HECHIZO es una historia de amor, sexo, encuentros y desencuentros, cuyos protagonistas principales son Eduardo y Sibylle y que transcurre fundamentalmente en un periodo convulso como fue la década de los 60 y 70, con un trasfondo de todos los acontecimientos que dieron lugar a la cultura beat y hippie, si bien la historia se extiende hasta inicios de los 80 de modo que los capítulos se corresponden con los meses de cada año.
Eduardo es un joven estudiante de Derecho, ambicioso, y muy seguro de su atractivo sexual con las mujeres. Sibylle es una joven francesa de buena familia nacida en Costa de Marfil, apasionada y algo inestable en sus devaneos amorosos y amante de la astrología. Ambos se conocerán durante los acontecimientos del Mayo del 68 en París.
En la historia se entremezclan otros personajes como Hugo que, captado en su juventud por el Ejército se convierte en un topo que se infiltra en el submundo organizado. Lorenzo, compañero de estudios de Eduardo, y personaje masoquista y de sexualidad ambigua con el que Eduardo emprende en 1966 un viaje de vacaciones veraniegas por Francia en autostop, pasando por las costas de Bretagne hasta llegar a Paris.
Un viaje iniciático para quienes viniendo de la oscuridad política en la que España estaba sumergida, la libertad se traducía en la profusión de encuentros sexuales, fumar hachís, o dormir en una gabarra de nombre holandés atracada en el Sena.
Años más tarde, Eduardo, licenciado en Derecho, en plena preparación de oposiciones a judicatura, emprende un nuevo viaje a Paris donde vive de lleno los acontecimientos del Mayo del 68, en una ambigua condición entre las contraseñas contra el sistema y sus ambiciones de futuro, momento en que conoce a una estudiante llamada Sibylle.
Dejamos aquí la interrogante de la historia, ya que tenemos a Alfonso para hablar de la novela, pero si tuviéramos que ponerla música, estaría entre el Je t´aime moi non plus de Serge Gainsbourg y Jane Birkin y las canciones de Brel, Brassens, o George Moustaki, con el transfondo de los Beatles y Bob Dylan.
Si tuviéramos que identificar sus servidumbres nos situaríamos entre los Trópicos de Henry Miller y la revolución sexual de Marcuse, que abrieron el camino a la generación beat.
Creo que es el momento de interrogar a su autor, Alfonso Campuzano, y que nos hable de esta historia. Después el público puede sonsacar a Alfonso haciendo las preguntas que considere pertinentes.


En Valladolid a 20 de mayo de 2016.
Sigue a @AIf0ns0