lunes, 6 de febrero de 2017

UNA GENERACIÓN, UNA ÉPOCA


El dinamismo que se observa en la vida es similar al observado en el clima, y desde siempre – Alfonso Campuzano


Algunos piensan que este cambio climático, machaconamente aireado a diario por cualquier vecino, además de haber oído mensajes y visto imágenes reiteradas hasta  la saciedad, no ha sido precedido por otros desconocidos, por no haberlos vivido, aunque señales han quedado, para quien quiere leerlas.
Cada Edad, incluso cada civilización terrestre, deja su impronta, que es lo natural, para que las posteriores analicen con cierta curiosidad todo aquello que no ha dejado huella escrita mediante imprenta.
Siempre ha existido casi todo de lo mismo, aunque sin darnos cuenta, fundamentalmente porque así lo dicen los medios de comunicación manejados, que lo magnifican todo, aunque apenas se entienda.
Unas noticias que, hace cinco siglos, se desplazaban a bordo de un barco de vela, o bien mediante una caravana terrestre, hoy en día se reciben con la inmediatez generada mediante ondas electromagnéticas, lo que hace parecer asimétrico. Por lo que, estas noticias son proporcionales al número de habitantes de este planeta, y como siempre, en la variación está la proporción y, sobre todo, el gusto.
El aumento de la población humana terrestre, lo mismo que de otras especies, tiene que hacer variar los comportamientos naturales como los derivados, es decir, aumento consumo energético, emigraciones, enfermedades infecto-contagiosas, escasez de agua, inseguridad, inundaciones, mortandad, olas de calor, sequías, tormentas, etcétera.
Cuando un clima cambia, que lo está haciendo de manera ininterrumpida desde el precipicio de los tiempos, los ecosistemas y el medio ambiente cambian, y con ellos, se quiera reconocer o no, los especímenes de cualquier especie, incluida la humana, se adaptan, emigran, evolucionan, mutan, o mueren.
Si el ecologismo se trata de un movimiento ideológico, cuyo cometido político alcanza a todos los estratos de la sociedad, que modifica lo existente en busca de lo adecuado, existe una consolidación social, y casi asumida, dada la percusión que años lleva, de que los gases industriales expelidos en sus diferentes formas, y desde diferentes lugares, son los auténticos responsables del cambio climático actual y del calentamiento global, aunque sin especificar.
La polución marca la diferencia, de tal manera que los vehículos a motor representan una expulsión de CO2 de poco más del diez por ciento, mientras que la vivienda supera el cincuenta por ciento, cuando hay que ofrecer más atención a la variación del eje terrestre. Y es que con la comunicación nace y se desarrolla la manipulación.
No es extraño observar la contradicción existente en las empresas que, por un lado, se dedican a martirizar publicitariamente las promociones del desmesurado y conocido consumismo salvaje y, por otro, les ha entrado la preocupación, y la prisa, por conservar el medio ambiente y los múltiples ecosistemas, cuando consumismo es contrario a conservar, y difícil de adaptar al reciclaje.
Sin embargo, es posible que pueda adaptarse, siempre que lo ofrecido sea más atractivo y, sobre todo, que llegue a un acuerdo para que el reciclaje sea tan rentable como el consumismo. Y parece que sí lo es, siempre y cuando se invierta en mucha publicidad, al objeto de intentar cambiar la sintonía del mensaje o bien resetear la sensibilización social. Y en esto están.

Alfonso Campuzano
         
         Sigue a @AIf0ns0

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